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Altura de miras

¿Berlina o coupé? ¿Coupé o berlina? Da igual, este AMG CLS 53 4Matic+ Coupé es las dos cosas y no es ninguna. Mercedes empezó el juego con el CLS en su tiempo y ha creado seguidores. Sea como fuere, es una buena alternativa a las carrocerías clásicas de tres volúmenes bien definidos y resulta muy atractivo.

Este nuevo CLS AMG estrena potencia, 435 CV, que salen de lo que ya es común aquí, un motor de 8 cilindros en V, y hasta denominación –AMG 53–. Además de la también “común” tracción a las cuatro ruedas y el cambio automático de 9 velocidades, este CLS suma ahora al propulsor un alternador multifuncional, por llamarlo así, aunque se denomine EQ Boost Starter-Alternator, que hace las veces de motor de arranque, recuperador de energía y apoyo del motor. Así, este “motorcillo” de 21 caballos asiste en la aceleración o en las recuperaciones. Lo suyo, por tanto, no es tanto aportar potencia para disfrutarla como tal, sino reducir consumos y tiempos de respuesta. No está mal. Además, cuenta con una red eléctrica extra de 48 voltios para las funciones más importantes, que ya se está poniendo de moda entre las grandes berlinas y que poco a poco llegará a más coches.

Técnicamente, este AMG CLS AMG 53 4Matic+ Coupé está sobrealimentado por turbocompresor, aunque también cuenta con un compresor eléctrico que es el primero en funcionar, de forma que se reduce también el tiempo de respuesta del primero para ser más eficiente en aceleración. Sin duda, una virguería se mire como se mire.

Lujoso y deportivo

Huelga decir que el CLS es un coche de lujo. Y que el CLS con apellido AMG muestra esa dualidad deportiva que todos sabemos. Así, por fuera ya puedes ver como nosotros esas llantas de 19”, la cuádruple salida de escape, el difusor y el pequeño alerón sobre la tapa del maletero. Es un AMG y rebosan esos toques AMG.

Lo mismo sucede por dentro, donde te encuentras en un ambiente muy conseguido. Los materiales que ves y tocas son de mucha calidad y juega a una perfecta combinación entre lujo y alta calidad, con asientos envolventes casi sin parecerlo o un volante achatado por abajo sinónimo de deportividad, aunque cada vez más este aspecto es seguido por muchos coches sin que se llegue a los niveles de potencia o prestaciones de este.

Es una versión muy atractiva, con una carrocería que enamora y potencia más que suficiente para correr mucho, 435 caballos

Al estilo de los Clase A o S, etc., este CLS tiene una gran pantalla digital por cuadro de relojes y con más funciones. Aunque admite muchas posibilidades de configuración y es muy vistoso, sin duda, para nada tiene un estilo deportivo. No lo tiene, y mucho menos comparado con lo que ofrece BMW, y sobre todo Audi con su Virtual Cockpit. Conviene, eso sí, habituarse un poco a tanto botón, reloj, indicador o lo que sea. Tiene muchas cosas que a veces abruman, pero que están ahí y con las que hay que aprender a convivir, o más bien a conducir. El equipamiento es enorme, y el que le puedes poner a este coche, casi más. La lista resulta larga.

De momento, lo de la palanca de cambios en la caña de la dirección, detrás de los radios del volante, tampoco es lo más deportivo de lo que ya se haya visto. Este CLS, en eso, como en tantas cosas, sigue la línea del resto de los CLS. Pero bueno.

El cambio de marchas por convertidor de par, que no de doble embrague, tiene 9 velocidades y posibilidad de elegir entre varios programas de actuación. Lo típico, para que sea más suave o más rápido y, en la misma medida, más o menos considerado con la autonomía. Todo esto requiere que, junto con ajustar la suspensión y demás, lo hagas desde donde normalmente esperarías que estuviese la palanca de cambios. Y conviene estar un rato viendo sus posibilidades para no volverte loco haciéndolo en marcha.

Rápido, estable y fino

Con motor V8 y 435 caballos, lo más valorado en esta versión para mí es su suavidad. El propulsor empuja bien entre otras cosas por una cifra de par superior a los 500 Nm, que están disponibles a tan solo 1.800 vueltas.

El empuje del motor es muy lineal y lleno de fuerza, muy satisfactorio. No es el mismo que el de un Audi RS o un BMW ad hoc, pero es muy bueno. La acción primero del compresor eléctrico se hace notar en que nunca decae y en que no hay que esperar mucho entre apretar el acelerador y salir fuertemente hacia delante. A este le sigue el turbocompresor y por tanto mucha linealidad en el empuje.

Combina lujo, apariencia discretamente deportiva pero sugerente y, sobre todo, una dualidad muy interesante en todos los sentidos

Otro aliado, sin duda, es el mencionado cambio de 9 relaciones, que en la práctica casi parece un variador continuo donde hay un piñón para cada velocidad.

Para un mejor disfrute en conducción deportiva, y porque no olvidemos que manejamos 5 metros de coche, lo mejor es poner un parámetro deportivo en la amortiguación y el cambio. Eso hace al CLS más duro, pero también más fidedigno.

Este CLS apoya bien y tracciona bien no solo porque tenga tracción a las cuatro ruedas, sino porque se nota que no pierde rueda con facilidad a pesar de su tamaño de berlina, de la potencia y, sobre todo, del par disponible. Para ello, también se arma de ruedas de 275 detrás, más anchas que las de 245 delanteras.

Se ve que han pensado bien en todo y que han conseguido un resultado muy satisfactorio sin ser este CLS AMG 53 un gran deportivo, sino más bien una potentísima berlina muy lograda en todos los sentidos.

Ficha técnica: