Concept Car Citroën Activa, toda una declaración tecnológica de la marca
El concept car Activa era una declaración tangible del amplio patrimonio tecnológico de Citroën en el ámbito de la hidroneumática
Hace 32 años, el Concept Car Citroën Activa debutó en público en el Salón del Automóvil de París de 1988, demostrando lo que Citroën era capaz de hacer utilizando la hidráulica, patrimonio indiscutible de la marca, y la electrónica, que en aquella época iniciaba su conquista del mundo del automóvil debido a unos costes cada vez más accesibles, a la madurez tecnológica y a su creciente nivel de fiabilidad.
El Citroën CX, presentado en 1974, fue uno de los turismos europeos más rápidos y vendidos de su segmento, especialmente en el caso de sus versiones diésel. No obstante, en la década de 1980, Citroën comenzó a pensar en el sustituto de su modelo estrella. De este modo, el proyecto para una nueva berlina grande denominada V80 se concretó, en 1989, con el lanzamiento del Citroën XM. Sin embargo, un año antes, en 1988, en las secretas estancias del centro de estudios de la firma francesa y con la colaboración de Art Blakeslee, el Director del Centro de Diseño de Citroën en aquel entonces, se había creado el Citroën Activa, un concept car muy futurista y ambicioso que se empleó para demostrar hasta dónde era capaz de llegar el centro de desarrollo de la compañía. Este prototipo también se utilizó como banco de pruebas para algunas soluciones que más tarde equiparían los XM y Xantia, como la suspensión hidractiva.
El Concept Car Activa equipaba tres centralitas electrónicas: una se ocupaba de la suspensión, la segunda de la dirección y la tercera de los sistemas automáticos y del bienestar a bordo. Las tres centralitas estaban interconectadas e intercambiaban información. Por ejemplo, la velocidad, que estaba medida por la centralita de los sistemas de a bordo, se comunicaba con la que regía la suspensión, que modificaba en marcha tanto la distancia libre al suelo como la dureza de los amortiguadores. La centralita de la dirección recibía también la información de la velocidad que usaba para decidir si la dirección de las ruedas traseras debía orientarse en el mismo sentido que las delanteras o si, en cambio, las primeras debían girar en sentido contrario para, por ejemplo, facilitar las maniobras de estacionamiento. Cabe destacar que un motor hidráulico situado en cada rueda determinaba el ángulo de dirección, mientras que la electrónica detectaba la posición de la rueda y la corregía en cinco centésimas de segundo.
La dirección del Concept Car Activa funcionaba según el principio "drive by wire", es decir, sin conexión entre la dirección y las ruedas, confiando la gestión al sistema hidráulico y a la electrónica.
La practicidad del prototipo Activa
En el interior del vehículo, una gran pantalla presidía la instrumentación y en ella se proyectaban las informaciones más importantes del vehículo, a las que se añadían, en determinadas condiciones, otros datos como la distancia a los obstáculos o las condiciones de funcionamiento del motor. Además de la pantalla central, otras pantallas digitales, habituales en los CX de la época, ofrecían distintas informaciones como la hora, la temperatura exterior o la temperatura del líquido de refrigeración.Todos los mandos del climatizador eran digitales y tanto la temperatura como el caudal se regulaban por la centralita de "bienestar a bordo", que también controlaba las cuatro grandes puertas. Por último, cabe destacar que las dos puertas posteriores tenían una apertura inversa, de modo que proporcionaban un acceso muy cómodo al habitáculo de este Concept Car tan futurista.
