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Prueba del Ford Galaxy, el coche que lo da todo por la familia

Probamos el monovolumen de Ford, un coche que lo sacrifica todo para ofrecer mucho espacio, comodidad y seguridad.

Si hay un segmento que ha sido desplazado en el mercado por la tiranía de los SUV es el de los familiares. No nos referimos a versiones familiares, como podrían ser el León ST o el Arteon Shooting Brake, sino de los monovolúmenes, coches enormes cuya única misión, a expensas de renunciar a otras cosas, es ofrecer espacio. Coches como el Ford Galaxy resisten y se adaptan al mercado actual en un segmento que va a la deriva. Sus cualidades son muchas, pero un diseño orientado a la funcionalidad y no al marketing provoca que el que esté interesado deba informarse para encontrarlas. Esta es la propuesta del Ford Galaxy, un coche ideal para una familia numerosa.

Empezando por su diseño. Es cierto que no es deportivo, que no tiene líneas agresivas o una silueta afilada que afine su atractivo. Es un coche grande, enorme, de 4,85 metros de longitud, de aspecto cuadrado que renuncia todo lo anterior para centrarse en lo importante. Es, sin embargo, identificable, sus faros delanteros, su parrilla o los grupos ópticos traseros recuerdan a otros vehículos de Ford. No es la imagen su punto fuerte, pero no importa. Es al abrir las puertas cuando el Galaxy te muestra todos sus argumentos. 

Interior del Ford Galaxy | Foto: Àlex Soler
Interior del Ford Galaxy | Foto: Àlex Soler
El interior es muy parecido al del enorme SUV Ford Edge. Una pequeña pantalla centra, bien integrada en una consola central plagada de controles físicos para la climatización y el selector de marcha, sirve para el sistema de infoentetenimiento. El cuadro de instrumentos también es digital. Puede abrumar la cantidad de información mostrada en ambas pantallas pero al poco tiempo de empezar a conducir, el usuario se sentirá cómodo con sus funciones. Curiosamente, su sistema operativo no es el más moderno de la marca, pero va mucho más fluido que en coches más modernos. Es intuitivo y fácil de usar.

Para toda la familia

Hasta siete plazas ofrece este monovolumen, cuya accesibilidad es muy buena para las cinco primeras. A las dos plazas traseras es más difícil acceder. Su maletero varía entre los escasos 200 litros con todas las plazas hasta los inacabables 2.339 litros con las banquetas traseras abatidas. El Galaxy ofrece espacio para cinco adultos altos y dos niños. La posición de conducción es elevada, con lo que la visibilidad es buena.

Interior del Ford Galaxy | Foto: Àlex Soler
Interior del Ford Galaxy | Foto: Àlex Soler
En marcha, es un coche predecible. Los 190 CV que ofrece su propulsor híbrido no enchufable garantizan una buena aceleración, pero su transmisión variable juega en su contra al recuperar, tirando de colocar las revoluciones en lo más alto del tacómetro a cambio de poco empuje y mucho ruido. El resultado es un vehículo efectivo, aunque la caja de cambios podría responder mejor, con un consumo que rodea los siete litros, que para su tamaño es una gran cifra.

Obviamente, no es el coche más maniobrable del mundo, tampoco el más estable. De hecho, se balancea bastante, por lo que el subviraje a altas velocidades es una opción. Por contra, es especialmente cómodo y el arsenal de sistemas de seguridad y asistencia solo mejora la experiencia. Por cierto, es efectivo en caminos fuera del asfalto ligeramente complicados. Desde 35.740 euros.