Gasolina, diésel, eléctrico, híbrido… ¿Qué coche me conviene?

Vamos a tratar de explicarte de una forma clara y sencilla qué diferencia hay entre los coches de combustión y electrificados, para que sepas cuál es el que más te conviene si estás pensando en comprar uno

¿Vas a comprar un coche y todavía no sabes qué diferencias hay entre un vehículo de combustión diésel o gasolina, y entre los electrificados como un híbrido, híbrido enchufable o eléctrico? En este artículo vamos a explicarlo de una manera súper sencilla para que cualquiera pueda entenderlo, y que todo el mundo tenga una pequeña guía de iniciación para acertar en su elección.

Primero hay que distinguir entre coches con motor de combustión interna y coches electrificados. Entre los primeros encontramos los clásicos gasolina y diésel, además de los más actuales bifuel, que pueden combinar la gasolina con Gas Licuado de Petróleo (GLP) o Gas Natural Comprimido (GNC). Y entre los electrificados existen los microhíbridos, híbridos, híbridos enchufables y eléctricos. Veamos qué diferencias hay entre todos ellos.

Gasolina

En líneas muy generales, un coche con motor gasolina se recomienda para aquellos que vayan a hacer menos de 20.000 km al año. Es más suave, silencioso y vibra menos que un diésel, pero consume más que este y el carburante es algo más caro. Eso sí, tienen un precio de compra más asequible que los vehículos con motor de gasóleo. También son algo más baratos de reparar, y sus impuestos y revisiones de ITV son más baratas. Por lo general tienen una vida útil más corta que los diésel, que son más resistentes.

Vehículo con motor gasolina

Diésel

El motor diésel es recomendable para aquellos que hacen más de 20.000 kilómetros al año, ya que es más o menos en esta cifra cuando a partir de los 5 años aproximadamente se comienza a amortizar el sobrecoste sobre un vehículo con motor gasolina. Son más ruidoso y tiemblan más que los gasolina (aunque han mejorado mucho con respecto a los primeros en este aspecto), pero consumen menos y su combustible es más barato. Sus reparaciones e ITV suelen costar algo más, pero a favor tiene que son más robustos y duraderos.

GLP y GNC

Estos coches se denominan bifuel, ya que su motor puede trabajar indistintamente con gasolina o gas, pudiendo elegir entre Gas Licuado de Petróleo o Gas Natural Comprimido. Existen diferencias entre ambas tecnologías que no vamos a abordar en este artículo, pero coinciden en que son más eficientes ya que consumen y contaminan menos, son un combustible mucho más barato que la gasolina o el diésel, se llenan los depósitos prácticamente en el mismo tiempo que estos últimos y no hay diferencias de prestaciones con respecto al combustible convencional. Sus ventajas más notables son, como decimos, el coste más reducido del combustible -la mitad casi que la gasolina-, una autonomía extendida por el doble depósito, y que te permite acceder a la etiqueta ECO de la DGT. Por su precio de adquisición, podría ser una alternativa a un diésel, y su único inconveniente es tener cerca una estación de GNC o GLP para repostar este carburante sin tener que hacer largos desplazamientos.

Repostaje de GLP
Repostaje de GLP

Microhíbrido o Mild Hybrid

Los microhíbridos son la puerta de acceso a la electrificación, ya tienen un pequeño motor eléctrico de unos 48V que apoya al propulsor de combustión -por lo general de gasolina-. Básicamente lo ayuda en las salidas desde parado reduciendo sensiblemente el consumo y las emisiones, y por otro lado favorece el arranque del motor en la función start&atop. Pero sin duda su principal ventaja es que este tipo de hibridación ligera te permite acceder a la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT), con todas las ventajas que ello supone. Por lo tanto, la recomendación de compra de este coche seguiría la misma línea que los de combustión, pero con ese pequeño plus que hará que sea un poco más eficiente, pero también más caro que los vehículos convencionales.

Híbrido

Los coches híbridos convencionales ya tienen un motor eléctrico más potente que apoya al de combustión, y unas baterías más grandes para poder alimentarlo, aunque no lo suficiente como para que el coche pueda recorrer largas distancias con propulsión 100% eléctrica. Ésta en realidad se limita a salidas desde parado y siempre que se acelere de forma gradual, o en espacios en los que se circule a muy baja velocidad como garajes. Como apenas tienen capacidad de almacenamiento por su volumen, estas baterías se recargan únicamente con las frenadas regenerativas o cuando el motor de combustión hace de generador. Las principales ventajas de los coches híbridos convencionales son: un consumo algo más reducido, unas emisiones más contenidas, un mantenimiento más barato y una mayor fiabildiad y durabilidad mecánica ya que hay menos piezas de desgaste, junto al acceso a la etiqueta ECO de la DGT. Estos coches son recomendables para aquellos que vayan a moverse principalmente por ciudad, ya que es la única manera en la que se amortizar con los años el sobrecoste con respecto a un coche con motor de combustión de similares características. En carretera o largas distancias, el motor eléctrico apenas entra en funcionamiento por la baja capacidad de almacenaje de las baterías.

Híbrido enchufable

Los híbridos enchufables o PHEV ya tienen unas baterías mucho más grandes que los híbridos convencionales, por lo que necesitan un cargador para poder regenerse. Éstas, por lo general, permiten al vehículo moverse unos unos 50 ó 60 kilómetros con propulsión 100% eléctrica a través del motor eléctrico que apoya al de combustión, lo que le da acceso a la etiqueta CERO de la DGT. Su principal ventaja es un coste de utilización muy reducido, ya que la electricidad es mucho más barata que el carburante, y permite a la mayoría de ciudadanos cubrir sus necesidades de movilidad diaria en modo 100% eléctrico. Una vez se agotan las baterías, se comporta como un híbrido convencional. Sus inconvenientes son: un elevado precio de adquisición, y la necesidad de disponer de un punto de recarga, ya sea en el domicilio o el puesto de trabajo, con el posible coste de instalación que ello supone. Estos coches se recomiendan a personas que recorran unos 50 kilómetros al día en recorridos urbanos e interurbanos, y que puedan permitirse el sobrecoste por disfrutar de esta avanzada tecnología.

Sistema híbrido enchufable
Sistema híbrido enchufable

Eléctrico

Los coches eléctricos ya no emplean motores de combustión interna, por lo que se propulsan únicamente con motores eléctricos alimentados por grandes baterías. Dependiendo de su coste, éstos pueden ofrecer autonomías que van desde los 150 a los 600 kilómetros. Sus principales ventajas son: un coste de utilización y mantenimiento muy reducido, una elevada potencia, una suavidad de conducción extraordinaria, e índices de contaminación prácticamente nulos. Y sus desventajas: un elevado coste de adquisición, una autonomía limitada, y una red de recarga pública insuficiente. Los coches eléctricos se recomiendan a personas que se muevan principalmente por ciudad, o que puedan afrontar el coste de un coche de autonomía extendida para salir con garantías a carretera abierta, y que tengan una especial sensibilidad por el medioambiente.

https://neomotor.sport.es/conduccion/que-es-mas-rentable-un-coche-hibrido-o-un-vehiculo-electrico.html