Albert Llovera: "El Dakar te permite volver a sentirte uno más"

Albert Llovera (Andorra, 1966) se quedó en silla de ruedas a los 18 años, tras sufrir un accidente en la Copa del Mundo de esquí, en Sarajevo. No se rindió y años después se convirtió en el primer piloto con movilidad reducida en obtener una licencia para competir en rallies contra rivales sin discapacidad.

En el Dakar es toda una institución y después de un año de ausencia, vuelve con más ganas que nunca para disputar la edición que arranca el 1 de enero en Arabia Saudí. Lo hará al volante de un camión Iveco Powestar 4X4 del equipo checo Fesh Fesh de Tomas Vratny y estará acompañado por Jorge Salvador, copiloto navegante y Marc Torres, copiloto mecánico.

Qué es lo más difícil para un piloto discapacitado en una carrera ya de por sí tan dura como es el Dakar?

Sin duda, la recuperación tras las etapas. Por suerte puedo contar con mi osteópata Jordi Zaragoza, que se encarga de que todo vuelva a su sitio. Piloto una bestia de 9.000 kilos y 100 caballos de potencia y mi columna vertebral es la que soporta todo el esfuerzo, porque por mi lesión medular no tengo abdominales ni paravertebrales. Salgo del camión hecho un cuatro y con los estiramientos crezco entre 4 y 6 centímetros.

En 2020 completó su mejor Dakar, 15 en camiones con De Rooy, pero la pasada temporada se quedó fuera Cuesta mucho más cerrar patrocinadores con el Covid?

La pandemia lo hace todo más difícil. Pero en el Dakar también me he llevado algunas decepciones. Después de la repercusión que tuvimos con De Rooy, muchos pilotos con pasta de me adelantaron y a los tres meses de lograr un gran resultado ya se habían olvidado. La gente, a veces, prefiere el dinero que el trabajo que haces para ellos. Pero no me gusta guardarme malas experiencias en la memoria. Me quedo siempre con lo bueno. Y ese Dakar 2020 fue increíble.

Física y técnicamente cómo llega a esta edición?

Mis brazos hacen de piernas y tengo que estar fuerte, porque en Arabia vamos a pasarlo mal y habrá etapas muy complicadas, así que hay que estar lo mejor preparado posible, que lo estoy. En cuanto al aspecto deportivo, nos faltan kilómetros con el nuevo camión, pero no es una novedad. Es lo que suele pasar al cerrar los proyectos a última hora. Por suerte pudimos hacer dos días de test y puesta a punto en Marruecos y en la arena.

Qué opina del recorrido de 2022?

Conozco el terreno en Arabia, pero va cambiando en cada edición. Habrá mucho desierto y mucha arena. Me preocupan un poco las etapas en bucle y creo que las etapas maratón llegan demasiado pronto, quizá la gente no estará aún preparada. Pero bueno, no quiero pensar demasiado en todo eso, ya nos lo iremos encontrando.

Será su séptimo Dakar. Hasta qué punto es importante la experiencia en esta carrera?

A nivel de coco es fundamental. En el rally se sufre mucho y yo estoy acostumbrado, no solo por el Dakar, digamos que es mi punto fuerte. Para mí lo más duro es después de cada etapa y yo no tengo autocaravana, soy un clásico y duermo en tienda de campaña. Para mí en el día a día es todo más complicado.

Usted fue pionero en sumarse a la aventura del Dakar a pesar de ir en silla de ruedas. Este año, además de Isidre Esteve, estará también Joan Lascorz. Siente que ha ayudado a los pilotos con discapacidad a seguir su camino?

No sé soy pionero, pero estoy orgulloso de haber abierto ese camino. Me hace mucha ilusión. Este año seremos cinco y ojalá vengan más en el futuro. A toda la gente que está como yo y se anima a correr el rally le intento ayudar y transmitirle lo que se siente allí. El Dakar te da la libertad de volver a ser uno más, porque en carrera, cuando estás conduciendo, eres igual que los demás participantes. Y también les digo que no se va de paseo, sino a competir, a intentar acabar y lo más arriba posible en la clasificación.

Cuál es su objetivo este año?

El objetivo es siempre acabar pero ojalá podamos superar la 15 posición que logramos hace dos temporadas. Sería genial.

Cuál es su mejor recuerdo en el Dakar?

El tercero, que hice en un buggy con motor Corvette y con Alex Haro de copiloto. Hubo tres etapas en las que soportamos temperaturas de más de 60 en el habitáculo del coche. Pero conseguimos acabar. Y otro buen souvenir fue en 2020. Un día rompimos la transmisión del camión y llegamos al vivac a dos minutos del cierre, justo para ducharme y volver a la salir a la siguiente etapa. El jefe del equipo me dijo: Albert, entiendo si quieres dejarlo. Y le contesté: No te has ido nunca de fiesta por la noche y luego directamente a trabajar a la mañana siguiente? Tranquilo que la seguimos y lo haremos super bien. La siguiente etapa acabamos entre los diez primeros y al llegar al campamento todos los rivales de Kamaz y Tatra hicieron una fila para aplaudirnos.