Honda saca la cabeza

Alberto Puig, team manager del equipo Repsol Honda, ha sido, durante los últimos años, uno de los profesionales más criticados en el paddock de MotoGP por lo que muchos consideran una política deportiva muy extraña, no solo por la retirada por la puerta de atrás de Dani Pedrosa, el sorprendente fichaje (y fracaso) del pentacampeón Jorge Lorenzo, el aterrizaje del doble campeón (cosa que muchos olvidan) Álex Márquez en el equipo campeón sino, también, por fundamentar (dicen) toda su política deportiva en el campeonísimo Marc Márquez, ganador de seis de los últimos siete títulos mundiales de la categoría reina celebrados.

Con el paso de las semanas, Puig, que lanzó balones fuera cuando Izaskun Ruiz, de DAZN, le preguntó cómo iba la recuperación de Marc, ha visto como sus pilotos se recuperaban espectacularmente y ayer quiso repetir, de nuevo, que esta moto no es ni tan rara ni tan complicada como dicen muchos. Puig elogió, no solo la magnífica, rápida y eficaz adaptación del tremendo Álex Márquez, segundo en Le Mans y Motorland, sino la posición de privilegio del japonés Takaaki Nakagami (mejor tiempo ayer y quinto del Mundial, a 29 puntos de Joan Mir), el gran papel del probador Stefan Bradl (cuarto ayer) y la recuperación de Cal Crutchlow.

Es evidente, cómo no, que no solo Honda sino cualquier otro equipo, notaría la ausencia de su campeón, capaz de ganar la mitad de carreras que corre y subirse al podio en dos de cada tres, pero el viacrucis de Honda, pese a que Puig trate de disimularlo, ha sido y es enorme, ya que, en el Mundial de constructores, está novena, a 131 puntos de Suzuki. No hay duda de que el alumbramiento de un portentoso Álex Márquez le da aire a la firma alada, que, por fin, tiene a un piloto japonés, como Nakagami, delante, pero es evidente que necesita, cuanto antes, la vuelta de MM93.