Laia Sanz: "A veces le daría una patada a la moto"

Laia Sanz (Corbera de Llobregat, 1985) ha vuelto a casa tras completar su Dakar más difícil. Lastrada por una enfermedad que apenas le permitió prepararse, ha logrado concluir el rally una vez más dentro del top 20. A sus 35 años, empieza a plantearse en serio el salto a las cuatro ruedas.

Sus lágrimas en meta dieron la vuelta al mundo. Nunca se había visto a una Laia Sanz tan emocionada

Quizá el primer año también fue emotivo, pero de otra forma. Esta vez supongo que al cruzar la meta me salió todo de golpe, los malos momentos, no solo en la carrera sino a lo largo de un año que ha sido muy duro para mí.

Y ahora sale el cansancio

Ya estoy mejor, pero los dos primeros días me vino a ver el hombre del mazo y estaba agotada. Una vez llegas a casa y te relajas te viene el bajón. Y aún estoy en tratamiento de antibióticos.

Le detectaron la enfermedad de Lyme en agosto, por la picadura de una garrapata llegó a pensar que se perdería este Dakar?

Sí porque hace unos meses no me podía ni mover y tenía muchas dudas. Tardaron en diagnosticarme y no pude entrenar como se necesita para afrontar un Dakar. Una vez en carrera fuí a mi ritmo, aunque las etapas de más de 300 kilómetros se me hacían muy largas y me resentí de mis problemas en la muñeca.

Qué análisis hace de su participación?

Muy positivo, porque ha sido un rally más duro que el de 2020. No he podido pelear con los pilotos que habitualmente son mis rivales, pero el 17 puesto final es bueno. Teniendo en cuenta las condiciones en las que empecé, ya habría firmado este resultado. En 2020 llegué a tope y con la caída del segundo día acabé 18.

Once Dakar terminados, todo un logro

Para mí tiene mucho mérito. Creo que solo Cyril Despres lo ha conseguido. Es algo muy difícil en una carrera como ésta, en la que siempre hay accidentes o averías que te hacen abandonar algún año. La mayoría de pilotos con tantos Dakars han acabado el 50 o 60 por ciento de las veces. Y además los últimos ocho años he estado regularmente entre los 20 primeros. Para mí eso tiene un gran valor.

A cuál de sus once Dakar le concede más importancia?

A nivel deportivo está claro que ser 9 en la general de 2015 es mi mayor éxito. Pero desde el punto de vista personal, seguramente la de este año es la mejor victoria que he conseguido. La gente que me conoce sabe por todo lo que he pasado los últimos meses, lo que he sufrido.

Es su último Dakar en moto?

Dependerá de los proyectos que salgan. Si me lo hubiesen preguntado después de la etapa de Neom, en la que me tocó salir detrás, tragar muchísimo polvo, y arriesgar mucho con tanta piedra, habría contestado que sí. A veces dan ganas de darle una patada a la moto. Pero en frío, supongo que aún me queda cuerda en las dos ruedas. Veremos. Ya no disfruto tanto como en Sudamérica, ahora es un Dakar de mucho riesgo, hay mucho nivel, con 10 pilotos que pueden ganar la carrera y la gente va muy rápida.

Tal como prometía la organización, ha habido más navegación, pero no se ha conseguido bajar la velocidad

No, no, el ritmo es una locura. En Arabia es un rally más de estilo africano y toca acostumbrarse.

Ha sido el Dakar más difícil?

Para la nueva generación de pilotos seguramente sí, pero en mi caso no. Yo he corrido Dakar más complicados. En Sudamérica acabábamos las jornadas muy tarde, hacíamos el roadbook, madrugábamos para empezar a las 3, había etapas muy largas, con calor, o en altura.

Entiende las críticas por la navegación? Carlos Sainz comparó este Dakar con una gincana

Bueno, creo que la gente estaba mal acostumbrada. Los últimos años no había navegación. Y no nos engañemos, los 30 primeros de motos y coches disponían de mucha información del recorrido, con el trabajo de sus mapmens. Este año ha habido tres días complicados y nos cogió a todos por sorpresa. Pero es el camino. Yo haría navegación todos los días. Y más dunas.

En abril empieza su desafío Extreme E compartiendo volante con Sainz Puede abrirle puertas al Dakar en coche?

Si sale bien la experiencia sí que pueden salir oportunidades. Y puedo aprender muchísimo de Carlos. Ojalá yo esté a la altura. Pero el salto a los coches en Dakar es algo que me planteo cada vez más.