Libertad total para Mir y Rins

A muchos les parecerá imposible, bueno, difícil, muy difícil, pero, tal y como está de loco y alocado este Mundial exprés de MotoGP, es evidente que cualquier piloto puede representar un problema y un rival importante para el mallorquín Joan Mir (Suzuki), líder del campeonato, con 137 puntos, a falta de tres carreras (dos en Valencia y la última en Portimao, Portugal) y 75 puntos por disputarse.

Es evidente que, antes que Álex Rins (a 32 puntos de su compañero de equipo en Suzuki), están Fabio Quartararo (Yamaha), Maverick Viñales (Yamaha), Franco Morbidelli (Yamaha) y hasta Andrea Dovizioso (Ducati), pero no es menos evidente que tanto Mir como Rins, no solo poseen la misma moto, la mejor de la parrilla, sino que pertenecen a un único equipo de fábrica pues, entre las grandes (y japonesas), la firma azul es la única que no tiene equipos filiales, satélites, con el que, tal vez, llegado el momento decisivo poder hacer labor de equipo.

Tanto Rins como Mir han dicho, por activa y por pasiva que, de momento, no piensan en recibir órdenes de equipo y, mucho menos, pedirlas. Rins ha dicho que mientras me queden posibilidades matemáticas de ganar el título (32 puntos, con 75 en juego), no pienso bajar la guardia y voy a ir a por todas. Luego, si ya no tengo opciones, por supuesto que me pondré a las órdenes de Suzuki y ayudará, cómo no, a Joan (Mir) a ganar el título, pues sería un triunfo de todos. Joan está pilotando magníficamente y, desde luego, se merece ser líder.

Mir también ha hablado de que no quiere saber nada de todas esas cosas. Está obsesionado con ganar su primer gran premio en MotoGP, aunque, dada su privilegiada situación, no piensa hacer locuras y poner en peligro las opciones de título, que son muy reales, por ganar. El mallorquín, que se lleva correctamente con Rins aunque no puede decirse que son amigos-amigos, sí cree que antes de pensar en esas estrategias hay que ponerse en la piel del otro y, si yo fuera Joan, no me gustaría que, en el boxe, se hablasen de estas cosas cuando aún puedo ser campeón. Así que esperemos a la última carrera, en Portimao, para ver cómo estamos todos. Esto aún no ha terminado y es muy largo, y tenso.

Eso es lo que acaba de comentar a gpone.com el jefe de Suzuki, el italiano Davide Brivio, una de las manos derechas del mítico Valentino Rossi en los años triunfales del Doctor: Solo hablaremos de estrategias y órdenes de equipo cuando Álex pierda las opciones matemáticas de aspirar al título, mientras, la única consigna que les hemos dado es que gane el mejor, que disfruten y que traten de ganar carreras, sumar podios y estar arriba. Puede que sea una versión muy romántica del deporte, de las motos, del Mundial, de la competición, pero es así como lo siente Suzuki.

Y es que Suzuki lleva 20 años sin ganar el título, que logró de la mano del norteamericano Kenny Roberts Júnior, una temporada en la que llovió casi en el 75% de las carreras. Cuando meditamos qué tipo de pilotos queríamos para el nuevo proyecto de Suzuki, pensamos que queríamos dos jóvenes valores, fuertes, buenos, personalmente buena gente y competitivamente equilibrados. Pero, sobre todo, quisimos dos pilotos que se completasen y se estimulasen a la vez, pues eso permitiría, como así ha ocurrido, crecer a la escudería y a la fábrica, sigue comentando Brivio.

Yo, al menos, no creía que llegaríamos a la situación de liderar los campeonatos de piloto y constructores, lo que es maravilloso. Tampoco creía que lo haríamos de la mano de Joan (Mir), pues Álex llegó a la primera carrera de Jerez con una preparación, mental, física y competitiva increíble, pero la lesión del hombro en aquel primer fin de semana dañó mucho sus posibilidades. Ahora estamos felices de que los dos acaben, casi siempre en el podio, lo que demuestra que tanto ellos como la moto y, por supuesto, el equipo merecen las opciones de títulos que tienen.

Brivio insiste en que en las charlas que tiene, por separado y en equipo, con sus dos pilotos de lo único que hablan es de la preparación de cada carrera y, sobre todo, de que gane el mejor. Eso sí, no queremos que falta la rivalidad, la competencia, pero tampoco que no exista respeto uno por el otro. Lo único que me duele es que no esté Marc (Márquez, el campeón) en la pista, para poder valorar realmente nuestro potencial, tanto de nuestros jóvenes pilotos como de nuestra moto.

Finalmente, cuando le plantean a Brivio si puede resultar un problema tener a los dos pilotos como candidatos al título más grande de todos, el responsable del equipo Suzuki dice yo, no sé los demás managers, pero yo quisiera tener ese problema cada día, en cada gran premio, en cada Mundial, cada temporada. Bendito problema, de verdad! Y, sí, estoy convencido de que cualquier de mis colegas lo desearía, ahora, para ellos.