¿Qué debemos comer durante un largo viaje en coche?
Una alimentación adecuada es clave para ponernos al volante durante horas con la máxima seguridad
A la hora de emprender un largo viaje en coche es muy importante tener en cuenta qué se come antes y durante el trayecto, ya que una alimentación inadecuada puede provocar fatiga, somnolencia o molestias de estómago que afectan directamente a la atención y por lo tanto, aumentan el riesgo de sufrir un accidente de tráfico.
El acto de conducir supone un coste energético de entre 1.000 y 1.300 kilocalorías (kcal), similar al de estar en reposo. Por este motivo, un conductor no necesita un aporte de energía desmesurado, es suficiente con una dieta que no supere las 2.000 o 2.500 kcal al día. No obstante, "nunca debemos ponernos al volante con el estómago vacío, ya que se pueden sufrir bajadas de azúcar y mareos. Además, la sensación de hambre disminuye la atención porque estamos pensando en otra cosa", afirma Mari Carmen López, médico de Seat Cars.
Comer poco y a menudo
Las comidas abundantes provocan somnolencia, pesadez de estómago, acidez y flatulencias, unas molestias que alteran la capacidad de concentración del conductor. Está demostrado que tras un almuerzo, el rendimiento disminuye en un 10%. Por este motivo, la Dra. López defiende que "hay que aprovechar cada parada para comer en pequeñas cantidades y aún así, tras la principal, dar un paseo de 15 minutos o echarse una siesta para despejarse".
Alimentos que debemos evitar
Los fritos, los rebozados, las salsas y el picante, pueden convertirse en nuestros peores enemigos a la hora de sentarnos al volante. Tampoco es recomendable comer arroz, legumbres y pasta, puesto que los hidratos de carbono provocan pesadez de estómago y además, se absorben rápidamente, por lo que la sensación de hambre volverá enseguida. Asimismo, los cítricos, la cebolla y el tomate pueden provocarnos acidez, por lo que es mejor no abusar de ellos si vamos a conducir durante mucho rato.
El combustible de los conductores
Según un estudio realizado por la Universidad de Loughborough (Reino Unido) y el European Hydration Institute, los conductores con un nivel de hidratación insuficiente cometen errores parecidos a aquellos usuarios que tienen un nivel de alcohol en sangre de 0,8 g/l. Entre los errores que más cometen, encontramos las salidas involuntarias de carril, frenar demasiado tarde o rebasar la línea del arcén.En palabras de la Dra. López, "la deshidratación puede derivar en mareos, vómitos y en los casos más extremos hasta pérdidas de conciencia", por lo que es fundamental beber en cada una de las paradas, sobre todo con altas temperaturas. La opción más recomendada es el agua, aunque se puede combinar con algún refresco o zumo.
¿Se puede comer o beber conduciendo?
Los reglamentos de circulación europeos no lo prohíben explícitamente, aunque comer y beber al volante son dos actividades que pueden distraer al conductor y dificultar su libertad de movimiento. Por este motivo, el conductor puede ser sancionado en España con 200 euros de multa y la retirada de hasta tres puntos del carné. Lo más recomendable es realizar paradas frecuentes para hidratarse y comer.
El menú perfecto para los conductores
La Dra. López ha elaborado un ejemplo de menú que aporta los nutrientes necesarios, pero que a la vez es ligero y evita las digestiones pesadas y molestas.
Desayuno: Dos tostadas con jamón york o queso, una pieza de fruta y café o té.
Entre horas: Un sándwich vegetal y agua.
Comida: Ensalada, carne o pescado a la plancha o al horno, fruta, agua y café o té.
Merienda: Fruta, yogur y agua.
